El legado de Evita: Una incansable lucha por los más necesitados
Cada año, la militancia justicialista de nuestra provincia recuerda y celebra el inmenso trabajo realizado por Eva Perón en favor de los más necesitados, un legado que ha trascendido generaciones de argentinos. La memoria de Evita perdura en nuestros corazones gracias a su labor social y política, que dejó una profunda huella en la historia de nuestro país.
A través de la Fundación Eva Perón, Evita llevó adelante la construcción de al menos 12 hospitales en todo el país, brindando tratamientos médicos y medicinas gratuitas para las clases populares y trabajadoras. Su compromiso con la salud y el bienestar de los más desfavorecidos le valió el cariño y la gratitud eterna de quienes encontraron esperanza y cuidado en esos centros de atención.
Pero su obra no se limitó solo a la salud, sino que también extendió la educación a los sectores más pobres, reconociendo que la educación es el camino hacia la superación. A través de su fundación, brindó ayuda económica para aliviar las dificultades de las familias más humildes, rompiendo con las prácticas impuestas por la Iglesia Católica y la clase privilegiada. Esta valiente acción, aunque la ganó el odio y el rechazo de algunos sectores, demostró su firme convicción en la justicia social.
Un hito destacado en su lucha por la igualdad fue la promoción del voto para las mujeres. Gracias a su tenacidad y esfuerzo, el Congreso Nacional sancionó la Ley Nº13.010, también conocida como “la Ley Evita”, que otorgó a todas las mujeres de Argentina el derecho a votar. Un logro histórico que marcó un antes y un después en la participación política de las mujeres en nuestro país.
Además, Eva Perón fundó el Partido Peronista Femenino en 1949, cuya presidencia ejerció hasta su partida. Este partido fue un espacio de empoderamiento y representación para las mujeres, promoviendo su participación activa en la vida política y social de la nación.
Su abnegada labor la llevó a ser reconocida como la “abanderada de los humildes” y la “madre de los descamisados”, un término que en aquel entonces se utilizaba para referirse a las personas más desposeídas. Su cercanía con el pueblo y su entrega a la causa de los más desfavorecidos la convirtieron en un ícono eterno de la justicia social y la solidaridad.
Hoy, recordamos con profundo respeto y gratitud el legado de Evita, y su ejemplo sigue inspirando a luchar por un país más justo y equitativo. Su espíritu vive en cada corazón comprometido con el bienestar de nuestra gente, guiándonos hacia un futuro de inclusión y progreso para todos los argentinos.