En enero la venta de combustibles se redujo a la mitad en Misiones

La venta de combustible se redujo a la mitad en Misiones durante enero, en comparación con diciembre, a raíz de los sucesivos aumentos de precios aplicados a finales de 2023 que duplicaron los valores por cada litro.

 

Además de una caída del consumo de los usuarios locales, se derrumbó la venta en las ciudades de frontera donde, hasta diciembre, paraguayos y brasileños llenaban el tanque a diario por la diferencia cambiaria que los beneficiaba. Esa ventaja se terminó y dejaron de venir.

“Las ventas cayeron notablemente. Estamos vendiendo un 50% menos de lo que vendíamos en la zona de Misiones”, explicó el empresario petrolero Faruk Jalaf.

Agregó que “en otras regiones del país la venta ha caído un 20% a un 30%. Pero acá en la zona de Misiones, como había mucha venta a turistas, a extranjeros y a empresas que venían de otros países con camiones a cargar, todo eso se cayó”.

Jalaf explicó el motivo por el cual, a pesar de la caída de las ventas, sigue habiendo problemas de abastecimiento con la nafta súper. “Algunas estaciones no la tienen porque es la más barata y no te la vende la petrolera estatal”.

“Nosotros hemos tenido siempre. No nos podemos quejar. Pero el precio es mucho más real. La petrolera estatal la mantenemos entre todos (y por eso tiene precio menor)”, dijo.

“La gente va a comprar ahí cuando llega la súper y después, cuando se acaba, vienen a las otras estaciones. Esa es una película vieja, ya la hemos vivido, 5 o 6 veces desde que estoy en el rubro”, aclaró.

Después de la llegada de Javier Milei a la Casa Rosada, las naftas acumularon una suba del 74%. Fue el resultado de dos incrementos consecutivos (el primero el 14 de diciembre y el segundo, el 3 de enero) de YPF, la petrolera de capitales estatales que marca el rumbo del mercado.

A esos aumentos hay que sumarle el último de Alberto Fernández, que el 8 de diciembre autorizó un incremento del 24%.

En total, y en menos de dos meses, los combustibles se incrementaron un 116%. Un golpe de nocaut para los bolsillos argentinos que lejos están de esos incrementos.

“Sobre la base de noviembre estimamos que luego de los aumentos de precios del 8/12 (promedio del 27% a nivel país) y del 13/12 (promedio del 37%) a partir de la mitad de diciembre, y lo que va de enero estaría proyectándose una caída estimada del 20%”, afirmó Guillermo Lago, gerente general de la Confederación del Comercio de los Hidrocarburos de la República Argentina (CECHA).

A la fuerte baja del consumo, hay que sumarle “el cese de las actividades administrativas y escolares de las principales ciudades que anteriormente, por ejemplo 2022, no se notaba porque la venta mantenía una regularidad y soportaba medianamente las caídas por falta de actividad”, agregó el empresario.

En ese sentido, aclaró: “Al cese de estas actividades se le suma la disminución de consumo por los mayores precios y por la devaluación que afectó al consumo en general, en el que está incluido el de los combustibles”.

Lago marca algunas consecuencias colaterales de la suba de los precios, como el corte de las visitas de extranjeros a cargar en la frontera. Lo mismo que señaló Jalaf.

“Hay que tener en cuenta que provincias como Misiones y Mendoza, que tenían consumos adicionales por patentes extranjeras, desde los aumentos y de la devaluación esas ventas cayeron prácticamente a cero, lo que incrementó el déficit por encima de otras jurisdicciones”, subrayó.

Según los datos oficiales disponibles, en noviembre pasado el combustible más vendido en Argentina era la nafta súper, que había llegado a los 633.489.430 de litros.

De darse la baja proyectada del 20%, la cantidad en diciembre habría rondado los 506.791.544. Significaría unos 126.697.886.

A un precio promedio de $800 por litro, significarían unos $101.358.308.800 que debieron resignar las petroleras en diciembre solo en ese tipo de combustible. En el caso de la nafta premium, las ventas habían caído en noviembre con relación al mes anterior: habían pasado de 254.727.180 litros a 236.753.190. Una baja del 20% en diciembre llevaría ese número a los 189.402.552 litros.

¿Aumenta el precio?

Jalaf explicó que “no depende de nosotros. Yo lo he dicho siempre, no somos formadores de precios. Lo que nosotros creemos es que la situación en las estaciones de servicio está complicada. Las petroleras estarán bien, pero nosotros no estamos tan bien”.

“Aumentó nuestro costo operativo pero no los ingresos. Nos aumentaron el precio del combustible, pero el margen sigue siendo el mismo, de un 8% a un 10%. Uno vende la misma cantidad de pesos. O sea que sigo ganando lo mismo, pero los gastos de impuestos y salarios siguen subiendo”, dijo.

Señaló que es probable que suba el precio, “porque hay impuestos que hace dos años no se actualizan. Es algo que no podemos decidirlo nosotros, lo decide el Gobierno”.

“Las autoridades nacionales definen los impuestos, el ICL y los otros impuestos que tienen los combustibles y el IVA. Ese impuesto se actualiza cada tres meses, por trimestre. Y llevamos ocho trimestres, dos años sin actualizaciones. Y si se actualiza por inflación va a ser aproximadamente sobre ese impuesto, no sobre el precio total de los combustibles”, sostuvo el presidente de la Cámara de Estaciones de Servicio y Afines del Nordeste (Cesane).

La premium, la más afectada

Claramente la merma en los volúmenes afectó más a los combustibles “premium”, que son -estimativamente y según las petroleras- un 23% más caros que la nafta súper o el gasoil común.

“En este camino de sinceramiento en los precios de los combustibles, que fue necesario porque veníamos de precios congelados, notamos una caída del 15% en el caso de algunas petroleras y del 20% en otras, durante enero”, comenta Isabelino Rodríguez, presidente de CECHA, la cámara que agrupa a las estaciones de servicio.

Según el empresario, la tendencia es vista con “preocupación” por el sector aunque confían en que las petroleras “deberán encontrar un punto de equilibrio” para que no caiga la demanda, consideró.

De hecho, ocurrió tras la liberación de los precios, que el mercado provocó diferencias importantes de precios entre las estaciones de servicio, incluso del mismo operador ya que algunos entienden que, si bien la nafta a casi $1.000 beneficia al sector, también perjudica al resto de las industrias y a los consumidores.

Esta competencia entre las marcas, derivó en importantes promociones para la carga de los combustibles, especialmente con billeteras virtuales. Así, algunas petroleras que habían aplicado el último aumento en sus productos por encima de los de YPF, intentaron reducir las diferencias con la petrolera de bandera, aplicando bajas del orden del 1% al 2%.

Históricamente el precio del combustible rondó US$1. Si bien la mayor parte de los aumentos previstos para alcanzar este valor ya se implementaron aún quedan algunos factores que pueden volver a impulsar los precios.

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