Regional: Mitre con bronca y la frente en alto

Mitre hizo el gasto, jugó como se juega una final, pero le metieron la mano en el bolsillo y quedó eliminado. Como siempre, como a cada equipo misionero que pisa suelo formoseño.

 

Por Emiliano Andreoli (dealtovuelo.com). Mientras se siga viajando solo, mientras desde arriba se mire para otro lado, mientras Gildo siga manejando los hilos, será así. Así de duro es, así de real, así de injusto. Es cuestión de mirar para atrás y darse cuenta de las realidades. El fútbol, aunque desde el paupérrimo Consejo Federal del Fútbol argentino lo niegue, va de la mano con las decisiones gubernamentales. Le pasó a Guaraní, que una vez tuvo el acompañamiento de Oscar Herrera Ahuad y no le robaron en la cara. Pero Mitre viajó solo. Y así le fue.

Dos penales inventó el árbitro salteño Benites, de quien se hablaba bien en la previa, pero terminó siendo un soldado más de los deseos del dueño de Formosa. Un obediente árbitro localista, que no se puso colorado para regalarle dos penales a Defensores, que solo por ese robo pudo con Mitre. Futbolísticamente no tenía chances y lo sabía, por eso apeló a las ayudas arbitrales. Sólo un tiro libre excelso de Ulises Silveira, que dejó sin respuestas al 1 local y al árbitro, también local.

Mitre se vuelve de Formosa eliminado, sin poder alcanzar el ascenso y con mucho tiempo por delante para replantearse qué hacer y cómo hacerlo. Serán horas de marcada pesadumbre para el fútbol misionero, que otra vez mirará a Santa Inés para encontrar un equipo en el Federal A.

El gasto que no cuenta

Cuando el Consejo Federal del Fútbol Argentino marcó a un cuarteto arbitral de Salta se encendieron las alarmas. En realidad se encendieron antes, con la revancha predipuesta a jugarse en tierras formoseñas. Mitre llegó hasta el estadio de Defensores para encontrarse con un mural en agradecimiento a Gildo Insfrán, ese Gobernador perpetuado en el poder que se toma su tiempo para también prestarle atención al fútbol de su provincia. Lo que no está mal, pero sí genera un poco de envidia desde estos lares, donde los clubes reman en soledad, viajan en la misma condición y son eliminados con robos alevosos y absurdos.

El ingreso al estadio de Defensores. Sobran las palabras.

Para Mitre el sabor no tendrá otro que la amargura de haber estado tan cerca y no poder alcanzar el ascenso. Se preguntará el dirigente del barrio Rocamora qué más tendrá que hacer para subir de categoría, qué otros refuerzos podrá contratar pensando en ser competitivo, pero a sabiendas de que solo no podrá.

Qué injusto es el fútbol cuando se meten intereses externos. Pero la frente en alto y la conciencia limpia deberán prevalecer. En algún momento habrá justicia. O acompañamiento, tal vez.

Fuente https://dealtovuelo.com/

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