Las rutas y caminos rurales de Corrientes están en un estado crítico. Los habitantes de la provincia, especialmente los que viven en el interior, han expresado su indignación y frustración por el deterioro de las vías de transporte. Este problema, que ha sido sistemáticamente ignorado por las autoridades, está causando graves consecuencias para la seguridad, la economía y el turismo de la región.
Un Peligro para la Seguridad Vial
El mal estado de las rutas está provocando un aumento en los accidentes de tránsito. Los baches y las grietas en el pavimento son una amenaza constante para los conductores, resultando en daños a los vehículos y, en el peor de los casos, accidentes que pueden ser fatales. Los choferes de camiones y transportistas, que dependen de estas rutas para su trabajo, se enfrentan a un riesgo diario, y las frecuentes roturas de cubiertas solo agravan la situación.
Impacto Económico
El deterioro de las rutas tiene un impacto directo en la economía local. Los retrasos en el traslado de productos afectan tanto a los productores como a los consumidores. Las condiciones precarias de las carreteras resultan en costos adicionales para las empresas de transporte, que se ven obligadas a realizar reparaciones constantes en sus vehículos. Este aumento en los costos de operación eventualmente se traslada a los precios de los productos, perjudicando a todos los habitantes de la provincia.
Afectación al Turismo
El turismo, una fuente importante de ingresos para Corrientes, también está sufriendo las consecuencias. Las malas condiciones de las rutas desaniman a los turistas, quienes prefieren destinos con mejores infraestructuras. Las quejas de los visitantes sobre las rutas deplorables se multiplican, y esto podría tener un efecto duradero en la reputación de la provincia como destino turístico.
Inacción del Gobierno
A pesar de los constantes reclamos, el gobierno provincial ha hecho la vista gorda ante esta situación crítica. En lugar de invertir en la mejora de las infraestructuras viales, se ha priorizado la búsqueda de inversiones que benefician a unos pocos negocios, ignorando las necesidades urgentes de la población. Un caso destacado es el de Paso de los Libres, donde las rutas en mal estado reflejan la incompetencia y la falta de compromiso de las autoridades para con su gente.
La Respuesta de Paso de los Libres
La Cámara Libreña de Transportistas de Cargas y Afines (CALIBRE) de Paso de los Libres decidió no esperar más por la inacción del gobierno y tomó cartas en el asunto. Contrataron a una empresa privada para realizar las reparaciones necesarias en la cinta asfáltica del acceso al Complejo Terminal de Cargas de la Aduana de Paso de los Libres (COTECAR). Esta iniciativa, que costó $1,100,000 más IVA, fue financiada por las empresas transportadoras y los socios de CALIBRE.
Julio Ríos y Rodolfo de la Soie, supervisores del proyecto, destacaron la eficiencia y rapidez con la que se completaron los trabajos. Delia Flores, presidenta de CALIBRE, expresó su agradecimiento a todos los que apoyaron la iniciativa: “Contratamos una empresa e hicimos la obra. Cuando la iniciativa privada se junta, los resultados se ven rápidamente.”
Un Llamado a la Acción
La acción de CALIBRE pone en evidencia la capacidad de la iniciativa privada para responder a las necesidades del sector cuando el estado falla en hacerlo. Sin embargo, no debería ser responsabilidad exclusiva del sector privado garantizar la infraestructura vial. Es imperativo que las autoridades tomen medidas concretas para resolver esta crisis y aseguren el mantenimiento y desarrollo de las rutas en toda la provincia.
La falta de obras y de dinero no puede ser una excusa perpetua. Es urgente una colaboración más estrecha entre el sector público y privado para garantizar que las infraestructuras críticas para el comercio y la economía del país estén en condiciones óptimas. Los correntinos merecen soluciones reales y un compromiso genuino por parte de sus líderes para mejorar su calidad de vida y garantizar su seguridad en las rutas.
