La situación en Bella Vista, Corrientes, se ha vuelto alarmante para los productores locales debido a la propagación del virus rugoso en los lotes de pimiento. Este virus, que ya había afectado al tomate en años anteriores, ahora amenaza seriamente la producción hortícola en la región. La preocupación entre los productores es palpable, ya que el virus se transmite mecánicamente, es decir, a través del contacto directo, lo que dificulta su control y hace que se extienda rápidamente de planta en planta.
Marcos Aceval, técnico asesor hortícola, subrayó la gravedad del problema y la única solución viable: eliminar los lotes afectados y empezar de nuevo. Este proceso no solo implica grandes pérdidas económicas para los productores, sino también la pérdida irrecuperable de tiempo y recursos invertidos en los cultivos. Para los pequeños y medianos productores, esto puede ser devastador.
La situación se agrava aún más considerando que la localidad ya había enfrentado un tornado en diciembre del año pasado, lo que había dejado a los productores en una posición vulnerable. Ahora, con el virus rugoso atacando los cultivos, las pérdidas se vuelven insostenibles.
El rol del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) ha sido crucial en la identificación y manejo del virus. Aunque han brindado apoyo a los productores, los recursos son limitados, y la necesidad de intervención y colaboración es más urgente que nunca.
El problema no solo es la enfermedad en sí, sino la falta de respuestas efectivas y rápidas para contenerla. Mientras los productores luchan contra el tiempo y las pérdidas, el gobierno parece estar mirando hacia otro lado, sin brindar el apoyo necesario para frenar esta crisis. Sin intervención y medidas contundentes, el futuro de la producción hortícola en Bella Vista corre un grave riesgo
