Crisis en el interior de Corrientes : aserraderos en peligro y rutas deterioradas

La realidad detrás del apoyo del gobernador Valdés a los capitales extranjeros en la industria forestal.

 

Una vez más, el gobernador Gustavo Valdés ha reafirmado su compromiso con los intereses de los capitales extranjeros en detrimento de los recursos naturales de la provincia y de las pequeñas empresas locales. Durante un acto en el parque industrial de Ituzaingó, Valdés celebró la llegada de nuevos inversores y empresas extranjeras que, lejos de fortalecer la economía local, continúan explotando nuestros recursos forestales sin un plan de desarrollo sostenible para la provincia ni un verdadero apoyo a las pequeñas industrias aserraderas.

Valdés, a través de sus redes sociales, publicó con entusiasmo su participación en la presentación de una nueva línea de máquinas para la industria forestal junto al presidente de la División de Negocios Forestales y Agrícolas de Komatsu, Hiroyuki Umeda, y empresarios locales como el propietario de Bramaq SRL. Sin embargo, detrás de esta aparente muestra de progreso e inversión, se esconde una realidad mucho más preocupante: la acelerada deforestación que estos proyectos promueven y el abandono sistemático de los pequeños y medianos empresarios locales.

Mientras que el gobernador celebra la confianza del sector privado extranjero y asegura que Corrientes es una “atractiva plaza comercial” para los productos Komatsu en el Mercosur, las pequeñas empresas aserraderas locales sufren las consecuencias del desinterés estatal. Los capitales extranjeros no solo llevan los recursos de nuestra tierra al exterior, sino que dejan a los pequeños empresarios correntinos a la deriva, sin acceso a subsidios, incentivos o políticas de apoyo que los integren al desarrollo forestal de la provincia.

Este modelo de desarrollo, que favorece abiertamente a las grandes corporaciones internacionales, desprotege la biodiversidad de Corrientes y perpetúa un ciclo de dependencia económica hacia intereses externos, en lugar de fortalecer la economía regional a través de la inversión en las empresas locales. Además, el impacto ambiental que esta política genera sigue siendo un tema gravemente ignorado por el gobierno, que debería estar al frente de políticas sostenibles que protejan nuestros recursos para las futuras generaciones.

La realidad es que, mientras los grandes jugadores internacionales se benefician de nuestros bosques, las pequeñas aserraderas locales —que han sostenido el empleo y la producción en la región por generaciones— se ven forzadas a competir con gigantes que cuentan con tecnología y capital mucho mayores. Esta situación, lejos de promover el “trabajo mancomunado” que pregona el gobernador, genera un desequilibrio que solo beneficia a los capitales extranjeros, dejando en desventaja a las industrias locales.

Si bien Valdés asegura que existe un marco de “seguridad jurídica” para los inversores extranjeros, los empresarios locales continúan siendo ignorados en este modelo económico que solo favorece a los intereses foráneos, dejando al descubierto la falta de un plan integral de desarrollo forestal que contemple el bienestar de todos los sectores productivos de Corrientes.

Es hora de que el gobierno provincial, en lugar de depender de los capitales extranjeros para impulsar la industria forestal, apoye verdaderamente a las empresas locales y proteja nuestros recursos naturales con políticas que promuevan un desarrollo sostenible y equitativo para todos los correntinos

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