Tal como lo viene informando , el paisaje de las zonas fronterizas de Misiones ha cambiado radicalmente. Ya no se observan las largas filas de brasileños cruzando hacia Argentina para cargar combustible, comprar en los comercios locales o disfrutar de la gastronomía de la tierra colorada.
En la actualidad, las asimetrías económicas favorecen a los comercios brasileños, especialmente en Bernardo de Irigoyen, que comparte una frontera seca con las ciudades de Dionisio Cerqueira y Barracão. Este fenómeno ha generado un intenso flujo de argentinos hacia Brasil, incluso desde localidades más alejadas como Eldorado, Alto Paraná y Alto Uruguay.
Los consumidores argentinos cruzan en busca de productos esenciales de la canasta básica: arroz, azúcar, aceite, embutidos, lácteos, cárnicos, frutas y verduras. Sin embargo, el ahorro no se limita a alimentos; también compran artículos navideños, ropa, calzado, productos de bazar, materiales de construcción y sanitarios.
A esto se suman las estrategias de los comerciantes del vecino país, quienes ofrecen promociones y descuentos irresistibles, especialmente en fechas clave, destacándose además por su atención cordial y cercana.
El impacto de este movimiento también está ligado a la cotización del real brasileño. Este sábado, la moneda cotiza a 210 pesos en el mercado informal, aunque en los últimos días ha oscilado entre 185 y 212 pesos en esta región oriental del país.
Con este panorama, las ciudades fronterizas de Brasil no solo se convierten en un polo comercial atractivo, sino también en un reflejo de las dinámicas económicas que atraviesan a ambos lados de la frontera.
