Es un llamado urgente a la solidaridad y la acción, destacando que las consecuencias de este desastre no se limitan a los casi 400 mm de lluvia caída, sino que son el resultado de decisiones irresponsables que han alterado la geografía local en beneficio de unos pocos, en perjuicio de la mayoría.
El pueblo de El Tala enfrenta una dura realidad tras las recientes inundaciones que azotaron la región. A medida que el agua retrocede, la magnitud de los daños se hace evidente, dejando a los residentes en una situación desesperada. Este miércoles, en un gesto de unidad y determinación, los pobladores se reunirán en el patio de la Escuela de la Familia Agrícola (EFA) “Pejú Porá” para exigir respuestas ante la falta de acción por parte del estado.
La convocatoria insta a los vecinos a llevar pruebas tangibles de los estragos causados: fotografías de las viviendas sumergidas, inventarios de muebles y pertenencias arruinadas por el agua, e incluso informes médicos de posibles enfermedades contraídas debido a la inundación. Es un llamado urgente a la solidaridad y la acción, destacando que las consecuencias de este desastre no se limitan a los casi 400 mm de lluvia caída, sino que son el resultado de decisiones irresponsables que han alterado la geografía local en beneficio de unos pocos, en perjuicio de la mayoría. “Esto no fueron solo los casi 400 mm caídos, esto es la irresponsabilidad de modificar nuestra geografía pensando en los beneficios de pocos en perjuicio de muchos. Arroyos cerrados, defensas altísimas. Más de 25.000 hectáreas con el agua justa en perjuicio de la cantidad vertida en el paraje. Comienza la tarea, hay mucho por trabajar para que la historia no se repita”.
La situación se agrava al observar el estado de la infraestructura educativa. La Escuela de la Familia Agrícola necesita reparaciones urgentes, desde pintura hasta mobiliario básico, para poder recibir a los estudiantes en las próximas semanas. Es un recordatorio desgarrador de la precariedad en la que se encuentran muchas comunidades rurales, especialmente en momentos de crisis como este.
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Hace apenas dos semanas, los habitantes de Paso Tala hicieron un llamado desesperado al municipio en busca de ayuda. Sin embargo, las respuestas han sido insuficientes. Mientras se escuchan informes de la llegada de camiones con suministros, lamentablemente, parece que la distribución de estos recursos no ha alcanzado a todos los afectados, dejando a muchas familias sin el apoyo necesario para enfrentar esta tragedia.
Ante esta situación, la comunidad de El Tala se une en una voz colectiva para exigir justicia y asistencia. Es un llamado a la solidaridad de todos los correntinos, para que ningún vecino se quede atrás en esta lucha por la reconstrucción y la recuperación. Es hora de que el estado responda con acciones concretas y medidas efectivas para mitigar el sufrimiento de aquellos que han perdido tanto en estas terribles inundaciones.