La ostentación del Gobernador Valdés contrasta con la realidad de Corrientes.
En medio de una crisis económica sin precedentes y con la sombra del despilfarro acechando a cada rincón del país, las recientes declaraciones del Presidente Milei sobre el uso de aviones privados por parte de los gobernadores han encendido las alarmas en Corrientes. Según las palabras del mandatario nacional en la apertura de las sesiones ordinarias, los aviones de las provincias no deberían destinarse para uso personal de los gobernadores, y los gastos relacionados con estos serán minuciosamente auditados por la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC).
Sin embargo, la realidad en Corrientes parece contradecir estas medidas de austeridad propuestas por el gobierno central. Se ha descubierto que el Gobernador Valdés ha emitido decretos millonarios destinados a cursos en el extranjero para los pilotos de su avión privado y a un traductor, mientras la población correntina enfrenta dificultades económicas cada vez más agudas. ¿Cómo justificará Valdés este derroche desmedido de fondos públicos?
Se plantea la pregunta inevitable: ¿Utilizará su propio sueldo para costear los pasajes económicos en vuelos relacionados con su labor como gobernador? Mientras tanto, los ciudadanos correntinos miran con indignación cómo sus impuestos se destinan a privilegios injustificados en lugar de soluciones concretas para mejorar la calidad de vida en la provincia.
Este escándalo pone de manifiesto la urgente necesidad de transparencia y responsabilidad en el manejo de los recursos públicos en Corrientes. Los ciudadanos merecen respuestas claras y acciones concretas que garanticen que sus impuestos se utilicen en beneficio de la comunidad, no en caprichos personales de aquellos que fueron elegidos para representarlos.
