La ministra de Seguridad afirmó que las bandas narco ordenaron crímenes porque el Gobierno les “cerró el grifo del negocio criminal”. Se reunirá con el gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro.
Dos situaciones precipitaron la decisión del gobierno de Javier Milei de no demorar más y recrudecer la lucha contra la oleada de crímenes con sello narco que aterrorizan a la ciudad de Rosario. La primera fue visible y llenó a todos de estupor: el asesinato sicario a Bruno Nicolás Bussanich, el joven playero que recibió dos tiros a quemarropa y dejó una mujer viuda y a un pequeño hijo de tres años huérfano.
La segunda es un informe reservado que le llegó días atrás al gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, y encendió todas las alarmas: los clanes narcocriminales que siempre estuvieron enfrentados se habrían unido con el objetivo de extorsionar al Estado: a fuerza de crímenes y hechos de alto impacto, obligarlo a pactar algún tipo de convivencia, de tolerancia. Es un modus operandi que los últimos cuatro inocentes muertos a tiros parecen confirmar.
Lo cierto es que este lunes los ministros Patricia Bullrich (Seguridad) y Luis Petri (Defensa) estarán juntos en esa ciudad para anunciar el envío de más uniformados y recursos de Gendarmería, Prefectura, Policía de Seguridad Aeroportuaria y de la Policía Federal, como así también de vehículos provistos por las Fuerzas Armadas para reforzar la presión sobre las bandas narcos y evitar que continúen los hechos de sangre que, casi a diario y con dosis de macabra espectacularidad, ocurrieron la semana pasada. Además, Bullrich anticipó que acusarán a los narcos de terrorismo.
El de Bruno fue el último y quizás al más impactante porque quedó filmado por las cámaras de seguridad de la estación de servicio de Mendoza al 7600 de Rosario y el país entero vio un ataque a sangre fría contra un empleado inocente que trabajaba de noche para mantener a su familia. El sicario -pantalones cortos, un buzo con capucha y ojotas- se acercó a la oficina, le disparó en la cara y el pecho, y se fue corriendo. Bruno tenía en la mano la billetera con la recaudación, pero quedó allí tirada. Fue matar por matar. El miércoles pasado, a Héctor Raúl Figueroa, un taxista de 43 años, le dispararon nueve veces. A Diego Alejandro Celentano, también taxista, de 32 años, recibió cinco disparos el miércoles en Alvear y Garmendia, en un sector conocido como “La Mandarina”. Y el jueves, Marcos Daloia, de 39 años, chofer de colectivo de la línea K, fue baleado en la cabeza por un sicario mientras trabajaba, y tras tres días en estado crítico, falleció.
Son episodios que confirman la intención de generar conmoción, terror en la población. De hecho, tanto el gobierno de Pullaro como el propio Milei trataron a esos hechos como actos terroristas y se comprometieron a encontrar a los culpables materiales e intelectuales y ponerlos a disposición de la Justicia. La noche del domingo los vecinos de Rosario protagonizaron un sonoro cacerolazo para expresar sus temores antes crímenes y ataques a tiros -balearon el domingo un centro de detención- que se suceden de manera cotidiana y que los tiene a todos encerrados.
Es que Rosario es una ciudad donde se registró una sensible reducción de la cantidad de gente que está en la calle, sobre todo cuando cae la noche, hay paro de colectivos, de taxi, se interrumpió la limpieza y la recolección de residuos, los hospitales funcionan a medias y los colegios estarán este lunes cerrados también como medida de protesta de los trabajadores de la educación que no ven condiciones de seguridad garantizadas para dar clases.
El envío de Nación
Ante los últimos episodios, el gobierno de Milei decidió enviar a los ministros Bullrich y Petri para ponerse al frente, in situ, de las acciones nacionales para frenar la oleada narcocriminal que castiga a Rosario. Según pudo saber Infobae de fuentes oficiales, se anunciará el envío de lanchas especiales de Prefectura para patrullar el Paraná, se enviarán más uniformados de Gendarmería y de las policías Federal y de Seguridad Aeroportuaria. El personal nacional que estaba en Rosario trabajaba en dos de las ocho zonas que tiene la ciudad y ahora, con los nuevos recursos humanos y materiales que se destinarán, pasarán a operar en cuatro, es decir en la mitad.
El arribo a Rosario está previsto para las primeras horas de la mañana y, luego, a eso de las 9 está previsto una reunión con el gobernador Pullaro en la sede de la Casa de Gobierno, posteriormente habrá una conferencia de prensa conjunta y se dirigirá a uno de los destacamentos móviles de Gendarmería Nacional que tiene en la ciudad y luego se reunirá con los jefes para terminar de coordinar acciones y tener un feedback de las actividades que se desarrollan allí. Está prevista, además de un encuentro con todos los efectivos nacionales destinados a Rosario, una reunión con vecinos, luego el recorrido nocturno por zonas de alto riesgo.
Entre las medidas que va a anunciar, primero, va a ser un aumento sensible en la cantidad de personal de Gendarmería y las otras fuerzas para patrullar y hacer tareas de inteligencia criminal, como así también el despliegue de vehículos del Ejército y la Armada. Están previsto que lleguen 50 automóviles, 30 camionetas, cinco combis, dos colectivos y se pidió un helicóptero para ser utilizado en transporte y en patrullaje y control por tierra y aire de Rosario. Todos los recursos irán a cubrir la mitad de Rosario. Estarán en la zona sur, y en la zona noroeste, Empalme Graneros, barrio Ludueña y Tablada, de donde son Los Monos.
En la conferencia de prensa, tanto Bullrich, como Petri se pondrán a disposición de Pullaro, explicarán el despliegue que pondrán en marcha en los próximos días y también pedirán el tratamiento y la aprobación de la denominada “ley anti mafia”, que busca acelerar las investigaciones contra los grupos narcos y sus actividades delictivas. “Con esta ley se podrá avanzar contra las asociaciones ilícitas que actúan ramificadas y con distintos fines y objetivos”, explicaron fuentes oficiales. La ministra expresó en las últimas horas una fuerte crítica al Congreso por no haber aprobado la Ley Bases que tenía entre sus artículos la declaración de la emergencia en materia de seguridad.
En el Ministerio de Seguridad evitaron criticar el accionar de Pullaro, pero señalaron que, hasta la difusión de la foto en la que se ve a los detenidos en el penal de Piñero al estilo Bukele, “habían caído los homicidios en Rosario. En enero del 2023 hubo 26 asesinatos, mientras que en enero del 2024 hubo 15. Pero en febrero del 2023 hubo 33 asesinatos y en febrero del 2024 hubo sólo 7. Eran buenos números, que mostraban un avance. Pero cuando se ajusta la calle, se corta el narcomenudeo, se cortan las extorsiones a comerciantes que se hacían desde las cárceles, estos delincuentes pierden la paciencia y empiezan a hacer locuras”, explicaba anoche uno de los que estarán este lunes en las reuniones entre los gobiernos de la provincia y de la Nación.
Milei, ellos o nosotros
El presidente Milei lamentó ayer la muerte del joven playero y aseguró que su gobierno va a “redoblar esfuerzos” para “encerrar y aislar” a los narcotraficantes que están cometiendo los crímenes en esta ciudad. “Bruno tenía 25 años y estaba trabajando cuando lo ejecutaron a sangre fría. Envío mis condolencias a Jimena y su hijo, y a todos los que esta semana perdieron un ser querido en Rosario. Sé que no hay palabras para aminorar tanto dolor, pero sepan que este gobierno no va a parar hasta que haya justicia”, comenzó el mandatario. Y advirtió que “el kirchnerismo y el socialismo entregaron la ciudad a la delincuencia, y hoy lamentamos 4 homicidios en una semana”, por lo que calificó a los criminales que están detrás de esos hechos como “un grupo de narcoterroristas desesperados por sostener el poder y la impunidad”.
“Mientras sea Presidente, no vamos a dejar de perseguirlos. No vamos a dejar de requisar las cárceles. No vamos a titubear cuando la vida de un inocente esté en juego. No vamos a permitir que sigan gobernando Rosario. Las Fuerzas de Seguridad tienen nuestro apoyo irrestricto para hacer lo que sea necesario para reinstaurar el orden”, remarcó.
Y agregó: “Vamos a redoblar esfuerzos, encerrarlos, aislarlos, recuperar las calles y la libertad de los rosarinos. No negociamos, porque sabemos que son ellos o nosotros. Ni un paso atrás, ministra Patricia Bullrich”.
Informe reservado
El gobernador Pullaro está decidido a seguir adelante, sin retroceder un milímetro. Y pese a que está amenazado de muerte y que tuvo que sacar a toda su familia de Rosario porque también eran blanco de amenazas de estos grupos narcos, el mandatario de Santa Fe está dispuesto a ir a fondo y a seguir ajustando el cero en torno a los narcos, tanto a los que están dentro de los penales de la provincia y del ámbito federal, como aquellos que están en la calle y amenazan con agrandar aún más el baño de sangre que vienen alimentando desde hace semanas.
Es una decisión que no se vio alterada luego de que le llegó a su mano un informe reservado que le reveló la existencia de un pacto, de una unión de todos clanes delictivos para atacar al Estado y doblegar la intención de parar con un negocio que combina en dosis iguales el dinero y la muerte. Fue un informe que se vio corroborado por una nota que encontraron en la estación de servicio donde ocurrió el crimen de Bruno.
“Esta guerra no es por el territorio, es contra Pullaro y Cococcioni”, comienza diciendo el mensaje del crimen organizado y continúa: “Así como nosotros llegamos a 300 muertos, estando unidos vamos a matar a más inocentes por año”. Esa mención a la unión es lo que llevó enorme preocupación, porque confirmó las versiones que habían en el mundo de la delincuencia de Rosario. “Nosotros no queremos celulares, queremos nuestros derechos ver a nuestros hijos y familia y se respeten. No queremos negociar nada, queremos nuestros derechos. Esto para todos los presos, pabellones y cárcel”, siguió la nota amenazante.
“Pullaro y Cococcioni carguen con muertes inocentes”, cerró el mensaje que dejó el sicario, firmado por: “Atte. Zona Norte, Zona Sur y Oeste unidos”. Pero no fue el único mensaje, antes apareció una tela colgada en la Autopista y Circunvalación con inscripciones amenazantes. “Pullaro y Cococcioni se metieron con nuestros familiares. Va haber muerte a inocentes. Taxistas, colectiveros, basureros y comerciantes”.
Se trata de confirmaciones de un accionar coordinado entre bandas de distinto origen, despliegue y peso específico en el mundo narco de Rosario. Sin embargo, para las autoridades provinciales son la confirmación de que “se juntaron las bandas para atacar al Estado y para quebrar las decisiones de erradicarlas de nuestra ciudad. Esta es una lucha de la sociedad contra las mafias que atacan con estos hechos terroristas”, dijo una fuente inobjetable de Santa Fe.