En medio de condiciones extremas y la ausencia del Estado, la Extensión Áulica de la Escuela Nº 527 del paraje Rincón de Sarandí, en Esquina, se encuentra abandonada a su suerte.
Con la ola de calor golpeando la región, alumnos y docentes se ven obligados a dar clases al aire libre, sin equipos de aire acondicionado ni ventiladores en el establecimiento. Pero los desafíos no terminan aquí: las recientes lluvias han dejado los caminos de acceso al colegio completamente intransitables. Mientras tanto, en la provincia se destinan recursos a eventos festivos, dejando en segundo plano las necesidades más básicas de la educación rural. Los maestros y estudiantes se enfrentan a una lucha diaria por adaptarse y sobrevivir en medio de la negligencia estatal.
Esta cruda realidad se manifiesta también en la falta de bonificaciones por desempeño en establecimientos rurales y el aumento de los gastos de transporte, especialmente en una región donde el transporte público no llega. Los docentes, desamparados por el gobierno provincial, se ven obligados a lidiar con condiciones precarias en las escuelas, sin energía eléctrica ni agua potable. Y cuando el calor cede, surgen nuevos desafíos con las lluvias, que convierten los caminos en un obstáculo insuperable tanto para los estudiantes como para los maestros.
A pesar de las promesas vagas del gobernador sobre posibles aumentos salariales en el futuro, los educadores correntinos continúan sin recibir respuestas concretas ni soluciones a sus problemas más urgentes. La falta de atención y el abandono del Estado solo profundizan la crisis en la educación rural, dejando a comunidades enteras en condiciones de desventaja y desigualdad.
