El caso de Loan Peña ha llamado la atención de los medios nacionales, quienes ahora han experimentado de primera mano la odisea que cada correntino enfrenta al transitar estas rutas en mal estado. Este caso ha puesto en el centro de atención mediática la urgente necesidad de mejorar la infraestructura vial de la provincia.
En Corrientes, las carreteras y caminos rurales son la columna vertebral que conecta comunidades, impulsa la economía y garantiza el acceso a servicios esenciales. Sin embargo, la falta de mantenimiento y el deterioro de las rutas provinciales han creado una crisis insostenible que afecta a productores, turistas y residentes locales. Este problema se ha intensificado en medio de la búsqueda mediática del niño Loan Peña, poniendo en evidencia las pésimas condiciones de las rutas.
Las rutas nacionales y provinciales, incluyendo las rutas 12, 14, 27, 40, 41, 114, 120, 126, 145, 36, 37 y 94, están en un estado de abandono alarmante. Baches, cráteres y serruchos se han convertido en trampas peligrosas para los conductores. Esta falta de mantenimiento afecta el transporte de mercancías, desalienta el turismo, retrasa la educación, compromete la salud y dificulta la respuesta rápida ante emergencias.
El problema no se limita a la ineficacia en la finalización de obras de pavimentación. Los proyectos viales estancados tanto a nivel nacional como provincial han sumido a la provincia en un caos logístico que amenaza el progreso y bienestar de su gente.
La Asociación de Sociedades Rurales de Corrientes y la Cámara de Turismo del Iberá han levantado su voz en un reclamo conjunto bajo el lema “Sin rutas no hay producción”. Estrella Lozada, miembro de la Cámara de Turismo del Iberá, advierte que “esto no se soluciona pasando la máquina”. Las rutas mencionadas necesitan intervenciones estructurales y no meros parches temporales.
El deterioro vial también está afectando la entrada turística y la movilidad interna, especialmente en la ruta a la localidad de 9 de Julio. Los caminos rurales se han vuelto intransitables, afectando a productores y ciudadanos locales que llevan meses solicitando al gobernador Gustavo Valdés soluciones efectivas. Sin embargo, Valdés parece enfocado en buscar inversores para la explotación de materia prima, beneficiando principalmente al municipio del cual su hermano es intendente.
En respuesta a esta crisis, la comunidad se ha organizado en movimientos ciudadanos y protestas pacíficas, demandando acciones inmediatas y concretas. La Asociación de Sociedades Rurales de Corrientes y la Cámara de Turismo del Iberá han instado a las autoridades a declarar la emergencia vial en la provincia, pidiendo una planificación a corto, mediano y largo plazo.
La falta de liderazgo político es evidente, y los intendentes parecen resignados a aceptar el estado de las cosas. No obstante, el clamor de los lugareños demuestra que la voz del pueblo no puede ser ignorada por mucho tiempo. Es hora de que las autoridades despierten y asuman su responsabilidad. Corrientes merece rutas seguras y transitables para garantizar un futuro próspero para todos sus habitantes.