El “Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI)” es un esquema normativo especial diseñado para atraer multinacionales, específicamente aquellas que superen los 200 millones de dólares. Este régimen busca fomentar inversiones en sectores estratégicos como la agroindustria, infraestructura, forestal, minería, gas y petróleo, energía y tecnología.
Uno de los principales atractivos del RIGI es la posibilidad para las empresas de importar maquinaria e insumos sin pagar aranceles, lo que reduce significativamente los costos iniciales de inversión. Además, se propone una reducción del impuesto a las ganancias del 35% al 25%. Estas medidas buscan crear un ambiente fiscalmente favorable para las grandes inversiones, proporcionando una ventaja competitiva importante para atraer capital extranjero.
El RIGI tiene otros beneficios como largo plazo de estabilidad fiscal y la devolución acelerada de los saldos a favor del IVA en un plazo no mayor a tres meses.
Sin embargo, no todo es alegría ya que genera críticas y cuestionamientos porque se establece la exigencia de liquidación de divisas en el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC) del 80% en el primer año, reduciéndose a 0% en el tercer año. Esto podría poner en riesgo las reservas de divisas acumuladas por el Banco Central, una preocupación significativa dado el contexto económico actual de Argentina.
Además el RIGI podría generar una competencia desleal para las PyME locales al tener más beneficios fiscales y arancelarios vigentes por 30 años; y son justamente las PyME las que generan la mayor cantidad de empleo en las economías regionales.
En el caso de Misiones, solamente la forestoindustria genera expectativas “medias” de obtener alguna inversión, aunque los que conocen la actividad a fondo creen que es difícil que se concrete. En las últimas décadas, Brasil y Uruguay recibieron millonarias inversiones extranjeras en el rubro pero la Argentina no tuvo ese destino.
El mapa de probabilidades
El Régimen aprobado en la Ley Bases incluye a ocho sectores para destinar beneficios: forestoindustria, turismo, infraestructura, minería, tecnología, siderurgia, energía y petróleo y gas.
En este sentido, un análisis de Jorge Day, economista del IERAL de la Fundación Mediterránea, sintetizó el potencial del RIGI en un mapa que expresa qué provincias tienen mayor o menor posibilidad de atraer inversiones a partir de él y distinguió tres grupos de beneficiarias: Misiones, al igual que Corrientes, se ubican en el lote de las que tienen “probabilidades medias” de obtener inversiones a través de la forestoindustria.
Buenos Aires, Neuquén y Chubut generan expectativas en el rubro de los hidrocarburos (petróleo) y las probabilidades también son “medias”. A la vez, Río Negro ingresa a este lote con las energías renovables.
Con altas probabilidades solamente se ubican las provincias que ofrecen recursos mineros (litio principalmente) como Salta, Jujuy, Catamarca, San Juan y Mendoza. Y en el segmento de las que tienen “bajas probabilidades” se ubican la agroindustria en parte de Buenos Aires, Córdoba y parte de Salta. Y con probabilidad “muy baja” el turismo en CABA.
Forestales optimistas
A principio de julio las entidades nucleadas en el Consejo Foresto Industrial Argentino (ConFIAR) destacaron la aprobación de la Ley Bases y agradecieron “especialmente la inclusión del sector forestoindustrial en el RIGI, viéndolo como un reconocimiento al potencial de atracción de inversiones que tiene el país”.
En ese sentido, indicaron que “los países de la región han tenido inversiones en el sector por más de US$ 30.000 millones los últimos 20 años, amparados en sistemas de atracción de inversiones similares al que ha sido aprobado en Argentina”.
Desde el sector forestal sostuvieron sin dudas: “Es momento de crecer y diversificarse en productos de base forestal. Las cifras indican que el crecimiento del valor de la industria forestal mundial para 2019-2035 será de más de 210 billones de dólares y Argentina puede posicionarse para ser parte de ese crecimiento”, se entusiasmaron.
Actualmente el Consejo Foresto Industrial Argentino representa al sector forestoindustrial que, en conjunto, involucran 1,3 millones de hectáreas de plantaciones forestales y 53 millones de hectáreas de bosques nativos. También supone exportaciones por US$ 550 millones y da sustento a unos 100 mil empleos directos. El movimiento económico incide también en al menos 6.000 PyME de la cadena madera-muebles.
“Los países de la región han crecido y desarrollado enormemente la forestoindustria, especialmente en Brasil, Chile y Uruguay, lo cual hace que al día de hoy el 40% de la producción mundial de pastas celulósicas esté localizado en América del Sur, con proyección de crecimiento por las inversiones previstas”, explicaron. Desde ConFIAR aseguraron que “ya hay consultas concretas sobre las posibilidades de inversiones en Argentina, ya que son conocidas sus ventajas comparativas para el crecimiento forestal y el potencial industrial que han logrado los países vecinos”.
Ampliación a las PyME
Desde ConFIAR advirtieron que no se debe descuidar a las PyME que han sido el motor de crecimiento todos estos años. Por ello, sostuvieron que “a pesar de los aspectos positivos del régimen, observamos con especial atención que las PyME son fundamentales por su papel en la generación de empleo y la creación de valor agregado. Es crucial que la aplicación del régimen asegure la coexistencia armoniosa de grandes y pequeños establecimientos industriales”.
Y pidieron: “Esperamos la implementación de una ley de promoción específica para las pequeñas y medianas empresas del sector. Esta ley debería proporcionar beneficios que fomenten la productividad, el valor agregado y la generación de empleo en estas importantes industrias”.