En el interior de Corrientes, el robo de ganado y la falta de controles se han convertido en problemas alarmantes que afectan a productores rurales y exponen la ausencia de medidas efectivas por parte del gobierno. La falta de presencia policial y de castigos ejemplares permite que este delito continúe sin freno, mientras el gobernador parece mirar hacia otro lado.
Un reciente allanamiento realizado por efectivos del PRIAR (Unidad Especial de Seguridad Rural y Ecológica) de Goya dejó al descubierto otra situación irregular en un establecimiento ganadero ubicado en el Paraje Santillán. Allí se secuestraron 14 caballos sin documentación legal y con marcas que, a simple vista, parecían adulteradas.
A pesar de que los animales fueron puestos a disposición de la Justicia, los productores señalan que este tipo de operativos son insuficientes. Los casos de abigeato y adulteración de marcas se repiten en todo el territorio provincial, pero las sanciones son escasas y los controles, prácticamente inexistentes.
Corrientes enfrenta una crisis rural en la que los productores no solo lidian con el robo de su ganado, sino también con la indiferencia gubernamental. Sin un plan integral de apoyo al sector ni medidas contundentes para frenar el avance de estas mafias, la situación se agrava, dejando a los productores desprotegidos y al sector ganadero en riesgo.
Este escenario reclama acciones inmediatas, desde controles más estrictos hasta sanciones ejemplares que terminen con la sensación de impunidad que domina el interior provincial. ¿Hasta cuándo los productores rurales tendrán que enfrentar solos esta problemática?