La situación de los docentes en Corrientes sigue siendo alarmante y se agrava con el paso del tiempo. Mientras el gobierno presume de cuentas equilibradas y superávit, los trabajadores de la educación enfrentan condiciones precarias tanto en lo salarial como en su ambiente de trabajo. A pesar de las promesas de aumento salarial, los docentes apenas vieron un incremento del 15% en junio, con la promesa de otro aumento recién hacia fin de año, lo que no alivia las dificultades económicas que enfrentan día a día. Entre junio de 2023 y junio de 2024, el salario docente cayó un 26,1% en términos reales, impactando de manera directa en su calidad de vida.
A esta crisis salarial se suma el estado lamentable en el que se encuentran muchas escuelas. Con la llegada del calor, varias instituciones no cuentan con aire acondicionado ni ventiladores adecuados, haciendo insoportable el ambiente en las aulas. Peor aún, algunas ni siquiera tienen agua potable, lo que expone tanto a docentes como a alumnos a condiciones indignas e insalubres. Mientras los políticos disfrutan de eventos y celebraciones, los docentes deben gastar de su propio bolsillo para reparar escuelas o comprar libros, ya que el gobierno sigue mirando hacia otro lado.(recordemos las sentadas de alumnos y padres haciendo también este reclamo )
El ajuste salarial a los docentes no es nuevo, y se refuerza con el proyecto de Presupuesto 2025, que propone reducir aún más las inversiones en educación. Este recorte afecta áreas cruciales como la formación docente, la infraestructura escolar, y programas importantes como Conectar Igualdad, debilitando la educación pública de manera preocupante.
La pregunta que muchos se hacen es: ¿adónde va el dinero de los impuestos que pagan los correntinos? Mientras los docentes enfrentan carencias y la educación pública se desfinancia, la falta de transparencia en el uso de los recursos es cada vez más evidente.
Imagen ilustrativa rebelión estudiantil en queja por el estado edilicio de dos escuelas de Corrientes marzo 2024.