Crisis laboral y cierre de pymes en Corrientes: el 55% del empleo es informal
La provincia de Corrientes atraviesa una situación crítica en términos de empleo y economía, lejos del relato oficial que intenta mostrar un crecimiento sostenido. Según datos del Censo Nacional 2022, un impactante 55% de los trabajadores de la provincia se encuentran en la informalidad laboral. Esto significa que más de la mitad de la fuerza laboral no cuenta con aportes previsionales, obra social, ni acceso a derechos básicos como vacaciones pagas. El panorama es aún más desolador en el interior, donde en algunas zonas del centro y norte correntinos la informalidad alcanza picos alarmantes del 65% y hasta el 70%.
La falta de empleo formal, especialmente en el interior provincial, ha generado un fuerte golpe para las pequeñas y medianas empresas (pymes), que no reciben el apoyo necesario por parte del gobierno de Gustavo Valdés para sostener sus actividades. Muchas de estas pymes han cerrado sus puertas ante la imposibilidad de competir en un mercado que exige inversiones y mejoras estructurales que no son acompañadas por políticas de fomento o incentivos fiscales. Sin fuentes de trabajo estables, los residentes del interior ven con desesperanza cómo sus oportunidades se reducen.
Cierre de pymes y falta de apoyo del gobierno
El sector privado en Corrientes, particularmente en las localidades rurales, se encuentra asfixiado. La falta de incentivos económicos, programas de capacitación laboral y acceso a créditos blandos han llevado al cierre de cientos de pequeños negocios, afectando gravemente a las comunidades que dependen de ellos. Mientras el gobernador Valdés dirige su atención y recursos hacia proyectos de inversión extranjera, los productores locales y emprendedores ven cómo sus esfuerzos por sostener la economía regional se desmoronan ante la falta de apoyo.
Empleo público: la única salida, pero con sueldo que están por muy debajo
En este contexto, el empleo formal en Corrientes está mayormente concentrado en el sector público. Policías, docentes y empleados municipales constituyen el grueso de la formalidad laboral en las localidades del interior. Sin embargo, esta situación no resuelve la crisis estructural, ya que no hay un crecimiento real del empleo privado que permita dinamizar la economía. La falta de fuentes de trabajo dignas y de calidad en el ámbito privado obliga a los jóvenes a emigrar en busca de mejores oportunidades, dejando pueblos cada vez más vacíos y envejecidos.
Desigualdad creciente
El relato oficial, que promete un desarrollo sostenible y mejores condiciones para todos, contrasta drásticamente con la realidad que se vive en los pequeños pueblos de Corrientes. Mientras que el gobernador se enfoca en proyectos que favorecen a inversores extranjeros, las necesidades de los habitantes locales quedan desatendidas. Esta falta de acción contribuye a una desigualdad creciente, donde solo un pequeño porcentaje de la población accede a empleos de calidad, mientras que el resto sobrevive en la informalidad.