El 13 de diciembre de 1976 marcó una de las páginas más oscuras en la historia de nuestra provincia. Durante la última dictadura militar, en un operativo conjunto entre el Ejército Argentino y la Policía del Chaco, 22 jóvenes presos políticos fueron torturados y fusilados en lo que se conocería como la Masacre de Margarita Belén.
Bajo la excusa de un traslado hacia Formosa, y con una versión oficial que hablaba de un supuesto enfrentamiento con “subversivos” en la Ruta Nacional N° 11, el régimen intentó encubrir lo que en realidad fue un acto premeditado de terrorismo de Estado.
Los hechos
Documentos de la dictadura prueban el alto grado de planificación detrás de esta atrocidad. En la tarde del 12 de diciembre, se realizaron preparativos en la Alcaidía de Resistencia. Siete militantes de las Juventudes Peronistas fueron retirados de sus celdas, supuestamente para ser trasladados a una cárcel de máxima seguridad en Formosa. Sin embargo, desde las 20 horas de ese día, comenzaron las torturas en el Destacamento de Inteligencia 124 del Ejército, al mando del teniente coronel Armando Hornos, con la colaboración de la brigada de investigaciones de la Policía del Chaco.
La madrugada del 13, los detenidos fueron subidos a camiones del Ejército, algunos ya fallecidos por los tormentos. El convoy militar, encabezado por el oficial Horacio Losito, simuló una emboscada en un paraje cercano a Margarita Belén. Allí, los prisioneros fueron ejecutados a quemarropa y sus cuerpos distribuidos en vehículos y fosas previamente cavadas en el Cementerio Francisco Solano de Resistencia.
Posteriormente, el régimen difundió un parte oficial que alegaba que los jóvenes habían muerto en un enfrentamiento, una mentira desmentida por los testimonios y las pruebas recogidas durante años de investigación.
Las víctimas
Entre los asesinados se encontraban trabajadores, estudiantes, docentes y periodistas, muchos de ellos jóvenes militantes de la Juventud Peronista. Sus nombres quedaron grabados en la memoria colectiva: Fernando Piérola, Carlos Zamudio, Luis Arturo Franzen, Manuel Parodi Ocampo, Patricio Blas Tierno, entre otros. Algunos permanecieron desaparecidos por años, como Julio Andrés Pereira, cuyo cuerpo fue identificado décadas después por el Equipo Argentino de Antropología Forense.
Justicia tardía
A lo largo de los años, los responsables de la masacre fueron juzgados y condenados. Entre ellos, Jorge Rafael Videla, Cristino Nicolaides y Leopoldo Galtieri, quienes enfrentaron cargos por homicidio agravado por alevosía. En 2011, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Resistencia condenó a prisión perpetua a varios autores materiales, como Athos Renés, Ernesto Simoni y Horacio Losito.
Sin embargo, la búsqueda de justicia no ha estado exenta de obstáculos. Luis Alfredo Chas, inicialmente absuelto, fue posteriormente condenado como partícipe secundario, aunque su sentencia fue más leve.
Athos Renés, uno de los condenados, falleció el 17 de octubre de este año mientras cumplía su condena. Su muerte cierra un capítulo más en la larga lucha por la verdad y la justicia.
Memoria viva
A 48 años de la Masacre de Margarita Belén, los chaqueños recuerdan y honran a las víctimas de esta barbarie. El monumento erigido en el lugar de los hechos se mantiene como un símbolo de resistencia, memoria y lucha contra el olvido.
La masacre nos interpela a seguir exigiendo justicia y a mantener viva la memoria de aquellos que dieron su vida por un país más justo y libre.