El inicio del verano se caracterizó por largas filas de automóviles de más de 10 kilómetros en la frontera argentina, debido al gran número de turistas que eligieron veranear en Chile. Esto provocó demoras significativas en el paso fronterizo del Cristo Redentor, con esperas de hasta 12 horas. Frente a esta situación, las autoridades chilenas decidieron reforzar la atención en aduanas hasta finales de enero, logrando así agilizar los trámites, que ahora pueden durar menos de media hora en algunos casos. Pese a estos avances, algunos observadores creen que la respuesta fue tardía, ya que el flujo de turistas no es tan intenso como al inicio de la temporada.
Aumento de personal y eliminación de trámites agilizan el cruce
Actualmente, el paso del Cristo Redentor cuenta con 25 cabinas de atención, a diferencia de las 15 anteriores. Además, se eliminó el formulario OM2261 de «Salida y Admisión Temporal de vehículos», facilitando el cruce fronterizo. La mayoría de los vehículos provienen de Mendoza, aunque también hay familias de otras regiones de Argentina que prefieren las playas chilenas del Pacífico. Además del turismo de playa, muchos turistas argentinos aprovechan para realizar compras en Santiago y en los centros comerciales de los balnearios principales.
Prueba de fuego para el recambio de turistas
El flujo de turistas por el paso Cristo Redentor alcanzó los 10.000 ingresos diarios a finales del año pasado y en los primeros días de enero, aunque actualmente se ha reducido a un promedio de 7.000 diarios. El recambio de turistas previsto para esta semana será un desafío para evaluar si el incremento de personal puede mantener la eficiencia durante los momentos de mayor afluencia.